Buitres
sobre Oriente
Hoy
caminé solitario
los
caminos del bosque,
los
árboles lloraban
la sangre
derramada
en los desiertos,
los ríos
bajaban
cadáveres
descarnados,
hasta
amontonarse
en los
juncos de las riberas.
Por las
sendas blancas
de los helados
neveros
bajaban
los huérfanos
descalzos,
las viudas,
los
parias de la guerra.
La nieve,
cual pantalla
repetía
en fotogramas
la sombra
de los muertos.
La maldad
viste Armani,
para
tapar su hedor
gastan
caros perfumes,
mientras
muestran
dentríficas
sonrisas.
Hay
buitres esperando
para
levantar el país
arrasado
con sus armas,
siempre
los mismos
a
llevarse la riqueza,
siempre
los mismos
huyendo
de la muerte,
siempre
los mismos
para
morir hambrientos.
Siempre…
los
mismos asesinos.
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